Debido a la negativa de dos estados a permitirles el acceso sin restricciones a los centros de detención, una agencia de Naciones Unidas que vigila la tortura ha pospuesto su visita a Australia.
En octubre estaba prevista la visita del Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT), pero se pospuso después de que Queensland y Nueva Gales del Sur les negaran el acceso a algunas instalaciones.
Ahora alega que no se ha avanzado lo suficiente como para permitir el acceso completo.
La cancelación ha sido recibida con descontento por parte del gobierno australiano.
El SPT, un grupo de expertos imparciales en derechos humanos, tenía la misión de supervisar el cumplimiento por parte de Australia de un protocolo destinado a prohibir la tortura y otros tratos crueles o inhumanos.
El gobierno federal dio su aprobación para que la nación participara en ello en 2017, permitiendo a los miembros del SPT realizar visitas sin previo aviso a cárceles, comisarías y otros centros de detención.
Sin embargo, según la presidenta del SPT, Suzanne Jabbour, a pesar de la cooperación de Australia, no hubo otra opción que "dar por terminada la visita, ya que aún no se ha resuelto la cuestión del acceso sin restricciones a todos los lugares de privación de libertad en dos estados".
"No se pudo determinar que sería capaz de reanudar su visita en un plazo razonable", continuó el SPT.
El gobierno de Australia, según un portavoz del fiscal general, Mark Dreyfus, "lamenta profundamente" la decisión y afirma que no se alinea con su "compromiso de proteger y promover los derechos humanos"."
Continuó diciendo que las visitas del SPT habían tenido éxito en todos los demás estados australianos.
Queensland ha hecho algunos progresos desde octubre al conceder a la ONU acceso a las salas de hospitalización de salud mental, lo que anteriormente se había prohibido por motivos de privacidad.
Actualmente, el Parlamento está debatiendo un proyecto de ley que eliminaría las restricciones legales.
El fiscal general de Nueva Gales del Sur, Mark Speakman, declaró que su administración había "manifestado constantemente" su apoyo al protocolo.
En octubre, el estado restringió el acceso a las prisiones. En aquel momento, el ministro de Instituciones Penitenciarias declaró a los medios de comunicación locales que los funcionarios de un centro se habían justificado al denegar el acceso a los inspectores por carecer de la autorización adecuada.
Geoff Lee declaró que el estado no tenía nada que ocultar y que era innecesario que la ONU exigiera el acceso a nuestras cárceles.
La cancelación de la visita, según el comisionado de derechos humanos de Australia, no fue "ni inesperada ni inmerecida".".
Según Lorraine Finlay, de ABC News, Australia no ha dado al problema la consideración seria que requiere.
Definitivamente daña nuestra reputación, en mi opinión, dijo la Sra. Finlay.
"Australia quiere liderar el mundo en la promoción de los derechos humanos, pero cuando no estamos cumpliendo con nuestras propias obligaciones internacionales, es realmente difícil asumir ese papel y abogar por ello. "