Una autoridad sanitaria ha trasladado a un "lugar seguro" a una bebé siria huérfana que nació la semana pasada tras el terremoto bajo los escombros de su casa destruida.".
Según una fuente que habló con la BBC, la Dirección de Salud de Afrin tomó la medida de precaución para salvaguardar a la niña, Aya, de posibles secuestros y fraudes de adopción.
Estaba recibiendo atención médica en un hospital de la zona controlada por la oposición cuando se produjo allí un incidente violento el lunes.
Al parecer, la encargada recibió malos tratos físicos por parte de un enfermero y dos hombres armados.
El doctor Ahmad Hajj Hassan, director de la Dirección de Sanidad, refutó las afirmaciones vertidas en las redes sociales de que el intento de secuestro de Aya había fracasado.
"Las acusaciones de secuestro eran incorrectas. El bebé no tuvo absolutamente nada que ver con este problema, que fue enteramente interno del hospital, declaró a la BBC.
Tras la amplia cobertura de su historia en los medios locales e internacionales la semana pasada, miles de personas expresaron su interés en adoptar a la niña.
Según la fuente, la dirección de salud está decidida a anteponer su bienestar y proceder con cautela en el proceso de adopción.
La madre de Aya dio a luz poco después de que el terremoto de magnitud 7+8 que sacudió el sur de Turquía el 6 de febrero destruyera la casa familiar en la ciudad de Jindayris.
Dio a luz a Aya, que aún estaba unida por el cordón umbilical cuando los equipos de rescate la descubrieron. Posteriormente falleció.
En un dramático vídeo publicado en las redes sociales se ve a un hombre cargando al bebé, que estaba cubierto de polvo.
El padre de Aya, cuatro hermanos y una tía también perecieron en la catástrofe.
La niña fue llevada al hospital de Afrin por Khalil al-Suwadi, un pariente lejano que estaba presente cuando la pusieron a salvo.
Aya llegó en "mal estado", según declaró a la BBC el pasado jueves el pediatra que la atiende. Continuó: "Tenía frío y apenas respiraba; tenía golpes y magulladuras.
Respondió favorablemente a la medicación, y al día siguiente su estado se había estabilizado.
La esposa del director del hospital estaba amamantando a Aya junto a su propia hija de cuatro meses, dijo, y se harían cargo de ella hasta que fuera adoptada.
Una de las ciudades más afectadas en Siria fue Jindaryis, que se encuentra a unos 8 km (5 millas) de la frontera turca. Se han derrumbado totalmente 200 edificios.
Según los informes, se han sacado 517 cadáveres de entre los escombros en esas zonas, según los Cascos Blancos, un grupo de socorristas voluntarios que han dirigido la operación de búsqueda y rescate.
En una región donde el 90% de los 4,6 millones de personas necesitaban ayuda humanitaria incluso antes de la catástrofe, las muertes representan casi una cuarta parte del total comunicado por los Cascos Blancos y las autoridades de la oposición.