Los críticos aseguran que la reforma del órgano encargado de vigilar las elecciones en México lo debilitará y debilitará.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha denunciado que el Instituto Nacional Electoral (INE) es partidista, ha encabezado su revisión.
La acción reducirá el financiamiento del INE. disminuirá su fuerza laboral y resultará en el cierre de numerosas de sus oficinas regionales.
El domingo, los opositores a la medida han organizado marchas de protesta.
Con 72 votos a favor y 50 en contra, la reforma fue aprobada por el Senado. Ya ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, por lo que entrará en vigor después de que el presidente López Obrador la firme.
Will Grant, corresponsal de la BBC en México, afirma que puede ser el tema político más divisivo del país en este momento.
Después de dos intentos previos fallidos, el señor López Obrador fue elegido presidente en julio de 2018. Ha criticado durante mucho tiempo al INE, cuyos empleados supervisan las elecciones.
Atacó al organismo independiente el mes pasado, afirmando que era deshonesto y que sus empleados habían encubierto "el relleno de urnas, la falsificación de actas [electorales] y la compra de votos".
Sólo quieren seguir robando [votos], así que que se vayan a hacer trampa a otra parte, dijo.
El desdén del presidente por el INE no es nada nuevo; surgió por primera vez durante su infructuosa carrera por la presidencia en 2006.
En aquel entonces se quedó corto al derrotar a su oponente republicano Felipe Calderón por menos del 1%. El Sr. López Obrador se negó firmemente a aceptar el resultado, que calificó de fraudulento, durante meses.
También disputó el resultado de las elecciones de 2012, en las que quedó en segundo lugar detrás de Enrique Pea Nieto.
Desde su victoria en 2018, el Sr. López Obrador ha impulsado una reforma del INE que, según él, ahorrará a los contribuyentes 150 millones de dólares (125 millones de libras) al año al reducir drásticamente el personal de la agencia.
La legislación que se aprobó el miércoles es una versión reducida de la reforma que defendió por primera vez pero que el Congreso rechazó.
A pesar de que la nueva propuesta, bautizada como "Plan B", es menos extrema que la original, los políticos de la oposición han expresado su indignación al respecto, alegando que es un retroceso para las instituciones democráticas de México.
El domingo, han convocado protestas a gran escala.
El titular del INE declaró que apelará la medida ante la Suprema Corte, lo que se suma a las impugnaciones legales que enfrenta la medida.